Violeta. De esta planta se puede comer tanto la hoja como la flor. La hoja es ideal para ensaladas y para dar sabor a las sopas. La flor de la violeta está considerada como comestible. Según los expertos, el mejor momento para su consumo es durante el invierno, cuando la flor es joven. Se utiliza en ensaladas y como colorante natural para dar un aspecto diferente a comidas tan comunes como puede ser un puré de patatas. También es frecuente confitarlas con azúcar para recetas dulces como una tarta de violetas.
- Añade unos pétalos de violeta a esta crema de chocolate blanco.
Jazmín. El uso principal que se le da como alimento suele ser agregándolo al té. Aunque menos frecuente que en el caso de las rosas y las violetas, también puede ser confitado para mermeladas y jarabes dulces. Pero el mejor uso de esta flor comestible tan bella como aromática es, sin duda, su uso como adorno y perfume de nuestro plato.
- Puedes dar un aromático toque de jazmín a estas bebidas con té.
Rosa. La flor que Cleopatra utilizó para seducir a Marco Antonio contiene propiedades nutricionales, es rica en vitamina C y da un delicioso sabor cuando se toma en infusiones o jugos. Sus pétalos se pueden consumir incluso sin necesidad de ser cocinados. Por ejemplo, en ensaladas y decorando guisos de carne. En repostería se utiliza en forma de jarabe para añadir un toque fresco y suave a los platos.
- Puedes añadir unos pétalos de rosa a este plato de carrillada guisada al vino tinto.
Hibisco. En cierta ocasión, durante una cena, una de estas flores de origen chino cayó por accidente en una copa de champán. Al contacto con las burbujas, sus pétalos se abrieron dando un precioso espectáculo para los presentes. Un gran recurso si quieres sorprender a tus invitados. La flor del hibisco es una delicia de sabor parecido a la frambuesa que puede ser utilizada en cócteles, brochetas, ensaladas y postres con frutas y helados.
- Prueba de decorar con flores de hibisco estos cócteles de cava.
