Nos encanta esta receta de Bizcocho de queso, tomate seco y albahaca, un cake salado que resulta esponjoso y lleno de sabor mediterráneo, perfecto para compartir en ocasiones especiales.

Para hacer este bizcocho de queso hemos elegido un queso Feta para preparar nuestro bizcocho de queso, pero puedes sustituir por un queso fresco o un queso manchego tierno que sea consistente. En cuanto a los tomates secos, si quieres prepararlos en casa puedes ver la receta de tomates secos aquí.

INGREDIENTES del bizcocho de queso, tomate seco y albahaca para unas 8 raciones

200 g de harina
150 g de queso Feta o queso fresco en daditos
4 huevos
120 g de tomates secos en conserva (preferiblemente de los que se conservan en aceite, porque podremos usar ese aceite)
150 g de queso rallado en tiras finas que funda bien
1 sobre de levadura química en polvo (16 g)
100 ml de leche entera
50 ml aceite de oliva extra virgen (podemos aprovechar el aceite de la conserva de tomates secos, aportará sabor aunque ‘teñirá’ un poco el bizcocho de color rosado)
Unas 12 hojas de albahaca fresca
Sal y pimienta negra

ELABORACIÓN del Bizcocho de queso, tomate seco y albahaca

Para empezar con el bizcocho de queso, preparamos los ingredientes que formarán parte de nuestro bizcocho. Cortamos el queso feta en daditos más bien pequeños. Troceamos también los tomates secos muy menuditos. Picamos las hojas de albahaca.
Ya podemos ir precalentando el horno a 180 °C.
En un bol hondo, batimos muy bien los huevos hasta que aumenten de volumen. Añadimos el aceite (puedes usar el de la conserva de tomate seco) y la leche, ponemos el queso rallado, salpimentamos al gusto y mezclamos muy bien.
Sobre esa mezcla tamizamos la harina con la levadura y mezclamos hasta que no queden grumos. Hay que hacerlo con suavidad y poco a poco, sin pasarnos, para que el bizcocho resulte jugoso y esponjoso.
Ahora ya añadimos el resto de ingredientes, tomates secos, queso Feta y albahaca picada. Mezclamos suavemente con una espátula para integrarlo todo. Hay que probar de sal por si hay que rectificar.
Vamos a engrasar con mantequilla o con aceite de girasol un molde tipo cake, y después lo enharinamos para que el bizcocho no se nos pegue. Eliminamos el exceso de harina.
Volcamos dentro del molde la mezcla que hemos preparado, igualamos la superficie y vamos al horno unos 45 minutos, en la parte media, con calor arriba y abajo y sin poner la función de aire caliente para que no se nos seque.
Como la mezcla tiene queso, el bizcocho tiende a dorarse en exceso por la superficie. Si te ocurre eso, hay que cubrir el bizcocho con papel aluminio y seguir con la cocción.
Vamos pinchando con un palillo hasta que sale limpio y retiramos del horno. Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla, si es posible, o sobre un trapo grueso.
Ya podemos servir nuestro bizcocho de queso templado o frío, cortado en rodajas. Al servirlo templado, o al menos a temperatura ambiente, gana en sabor. Así que si tienes que conservar el bizcocho de queso en la nevera, sácalo un rato antes de servir,