¿Has hecho más nata montada de la cuenta? ¿Te ha sobrado bizcocho? Aquí te contamos cómo congelar bizcochos y otros dulces con un resultado estupendo.
Estos consejos te permitirán hornear un poco de más sin tener miedo, porque puedes mantener el sabor y textura de tus dulces y disfrutarlos igualmente más adelante.
Reglas generales para congelar bizcochos y dulces
- Lo primero que debes saber es que los bizcochos y masas no se deben llevar al congelador mientras estén calientes. Hay que esperar a que se enfríen por completo.
- Cuanto menos aire quede entre nuestro bizcocho y el envoltorio, mejor que mejor. Así que hay que envolver lo que vayamos a congelar con film transparente de cocina muy cuidadosamente. Después lo metemos en un recipiente hermético y lo tapamos bien.
- Puedes congelar bizcochos o tartas enteras o en porciones. Lo mejor es que lo hagas según las vayas a consumir después al descongelarlas.
- Los dulces y bizcochos se descongelan a temperatura ambiente y van perdiendo de forma natural la humedad del congelador. No aceleres el proceso en el horno o en el microondas porque pueden perder su textura.
DULCES QUE SE PUEDEN CONGELAR
- Galletas, magdalenas y bizcochos, incluso con sus rellenos de mermeladas o chocolates.
- Brazos de gitano rellenos y planchas de bizcocho para rellenar.
- Mermeladas o cremas de chocolate fundido.
- Masa quebrada o masa brisa, y en general cualquier masa casera de repostería.
- Buñuelos o profiteroles hechos de masa choux. Solo hay que tener las precaución de congelarlos sin el relleno y rellenar una vez descongelados
- La nata montada. A veces (según se haya montado) puede perder parte de su consistencia y no queda tan aireada, pero conserva el sabor y una textura estupenda para coberturas y rellenos.
NO SE DEBEN CONGELAR
- Los dulces y pasteles que lleven gelatina. La gelatina pierde completamente su textura en el proceso de congelación.
- Los merengues. La textura del merengue tras la congelación es ‘gomosa’ y pegajosa.
- La crema pastelera se degrada y pierde su textura tras la descongelación, volviéndose más líquida.
- La nata líquida de cocina para montar se puede congelar pero una vez descongelada ya no se puede montar. Es mejor que la congeles ya montada y aunque pierda parte de su consistencia se puede usar para tartas y coberturas.
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