El pan naan hindú hecho en sartén es facilísimo de preparar, sin horno ni complicaciones. Es un pan tierno y esponjoso y se adapta a cualquier relleno que te guste.

Si tomas el pan naan recién hecho, calentito, se te olvidarán todos los malos rollos del día ¡y del año!

Uno de los placeres de la cocina es sumergirte en los aromas de un buen pan recién hecho, y con esta receta, además, no tendrás que complicarte con masa madre ni prefermentos. Eso sí, no guardes los molletes de un día para otro porque se endurecerán. Pero según nuestra experiencia, no tendrás problema, porque no te quedará ni uno.

INGREDIENTES para unos 6 piezas de pan naan, depende del tamaño

500 g de harina de trigo de todo uso
100 ml de agua
100 ml de leche entera
1 yogur griego natural sin azúcar
1 cucharada rasa de sal fina
1 cucharada rasa de miel
5 g de levadura seca de panadero
4 cucharadas de aceite de oliva
Para pintar los panes: mantequilla fundida, ajo triturado o en polvo, perejil o cilantro y especias al gusto

ELABORACIÓN del pan naan hindú

Para hacer la masa ponemos la harina en un bol que tenga bastante fondo o en un robot de cocina. Hacemos un hueco en el centro y vamos añadiendo el resto de ingredientes: leche, agua, miel, sal, yogur, aceite y levadura.
Mezclamos con el robot, con una espátula o con las manos hasta que la masa quede compacta. Después es necesario amasar otros 5 o 10 minutos la masa en una superficie de trabajo o en el robot, si lo prefieres.
Nuestro objetivo es que la masa quede completamente lisa, y una vez lo consigamos la embadurnamos con un poco de aceite y la colocamos en un bol. Dejamos reposar la masa en un lugar cálido –por ejemplo, dentro del horno apagado– al menos una hora (mejor hasta un par de horas) antes de preparar nuestros panes.
Cuando la masa haya reposado habrá levado hasta doblar su volumen. Entonces la volvemos a trabajar sobre la encimera enharinada y le sacamos el aire del levado con un ligero amasado con las manos.
Cortamos la masa en 6 porciones y le damos forma de bola a cada una. Las estiramos con un rodillo sobre una superficie enharinada hasta que tengan un grosor de algo más de un centímetro, ¡y vamos a la sartén!
Pintamos una sartén antiadherente con mantequilla fundida y tostamos los panes algo más de un minuto por cada cara con el fuego medio-alto. En cuanto el pan se infle y se llene de burbujas, se le da la vuelta, pero ten cuidado de que no se tuesten demasiado para que no se resequen.
Estos panes naan se pintan recién hechos con mantequilla fundida mezclada con ajo triturado y con hierbas y especias al gusto.