Esta receta de buñuelos de manzana triunfa entre grandes y pequeños. Dorados, crujientes y con fruta en su interior, ¡¡para comérselos!!

La receta se puede preparar con cualquier variedad de manzana que tengas a mano, pero es mejor que nos sean manzanas muy ácidas.

Cómo hacer Buñuelos de Manzana

Pelamos las manzanas y eliminamos los centros con un descorazonador. Si no tienes ninguno hazlo con un cuchillo de punta fina y con mucho cuidado para que la manzana no se deteriore.
Cortamos las manzanas en discos de medio centímetro. Espolvoreamos con azúcar y canela, rociamos con el vino dulce y dejamos macerar una hora.
Mezclamos el huevo batido con la harina, leche y el aceite y dejamos reposar también la masa una media hora. La puedes guardar en la nevera unas horas para usarla cuando quieras, incluso desde la noche antes si vas a hacer los buñuelos para el desayuno.
Ponemos leche condensada sobre una rebanada de manzana y cubrimos con otra rodaja. Con cuidado y pinchando con un palillo de dientes bañamos el ‘emparedado’ de manzana en la masa y freímos en aceite caliente. No te preocupes porque con la leche condensada como ‘pegamento’ no se abren. Retiramos los buñuelos cuando estén dorados.
Si quieres puedes omitir este paso y preparar los buñuelos de manzana solo con rodajas simples de manzana.
Una vez doren los buñuelos de manzana los sacamos del aceite y los colocamos cobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. Aún en caliente, los pasamos por una mezcla de azúcar y canela. Servimos calientes o templados.