Ya sabes que el gasto energético durante la noche es mínimo, las calorías que tomemos se convierten en grasa más fácilmente, así que es interesante sondear la opinión de los expertos para conocer las cenas que adelgazan más que otras y adaptarlas a nuestra dieta diaria.
Como regla general tienes que tener en cuenta los siguientes consejos:
- Nunca te saltes la cena. Aporta al organismo la glucosa que necesita para pasar la noche. El cuerpo no debe estar tantas horas sin recibir alimentación. Si te saltas la cena el cuerpo disminuye el gasto calórico y en el desayuno almacena más grasa para tener reservas.
- Prepara la cena por la mañana o a mediodía. Es una comida importante y no vale cualquier cosa que tengas por la nevera para picar. Para evitar la pereza al preparar la cena es mejor tener una opción completa y saludable preparada de antemano.
- Apaga la tele. Si tu cerebro está distraído no identifica bien la sensación de saciedad y corremos el riesgo de comer más de la cuenta. Es mejor cenar a la mesa y cuidar lo que comes, de una forma semi formal, a cenar cualquier cosa en el sofá.
- Cuida el desayuno y el almuerzo, pica algo saludable a media tarde, y así llegarás a la hora de la cena con menos apetito.
- Cena pronto: Lo deseable es que entre la cena y el momento de irte a la cama te dé tiempo a hacer la hacer la digestión. Eso quiere decir que deben pasar al menos 2 horas, y mejor si son 3 horas!!
- Usa platos de postre como regla general en tus comidas. Sin darte cuenta estarás consumiendo menos cantidad de alimentos.
- Evita el picoteo y los bocadillos. Las cenas informales a base de ‘lo que tengas por la nevera’ no pueden convertirse en costumbre. No son variadas ni completas, y en ellas se suele abusar de embutidos grasos y calóricos acompañados con hidratos en forma de pan.
¿Qué alimentos nos ayudan a adelgazar en la cena?
- Consume alimentos bajos en grasas y calorías. Pescados cocidos o la plancha, lácteos desnatados, carnes como pavo o pollo… son las elecciones correctas para una cena saludable.
- Elige el pescado antes que la carne. Es más digestivo para la cena.
- No consumas panes, pastas y otros alimentos ricos en hidratos de carbono. Reserva estos alimentos para desayuno y almuerzo para que a tu cuerpo le sea más fácil quemarlos. Los alimentos de la cena deben ser ligeros y de fácil digestión.
- Elimina de tu cena los precocinados envasados, ricos en grasas, así como los dulces y los fritos. En lo posible, evítalos también durante el día!!
- Cena lácteos desnatados (yogures o quesos) porque además de aportar pocas calorías te ayudarán a conciliar el sueño.
- Cena verduras de temporada salteadas o en cremas. Son una fuente de vitaminas y minerales, además de muy saciantes. Aquí tienes recetas de cremas de verdura.
- Consume ensaladas y enriquécelas con proteínas como quesos frescos bajos en grasas, pollo asado o pescado cocido. No hay evidencias científicas de que la lechuga por la noche ‘hinche’ y retenga líquidos, así que déjate guiar por tu propia experiencia.
- La leche con cereales no es una opción completa para la cena, y los hidratos del cereal no son una buena elección a última hora del día. No los integres en la cena en tu rutina diaria, y el día que lo hagas complementa con alguna fruta.
- Si no puedes evitar el pan, procura que sea en su versión integral más completa (no más de un par de rebanadas) para beneficiarte de su efecto saciante y nutritivo.
¿Y qué pasa con las bebidas en la cena??
- No abuses del agua ni tomes líquidos gaseosos para no hincharte en exceso.
- Evita las bebidas excitantes con cafeína (café, té o cola).
- El agua es la mejor bebida casi en todas las ocasiones, pero especialmente en la cena. Los refrescos te llenan de gases. los zumos aportan demasiados hidratos y el alcohol tiene muchas calorías y puede afectar al sueño.
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